Ayer cumpliste años. Muchos dices tú, pero a mí no me lo parece. Sigues manteniéndote igual de ágil, de sano, de ilusionado, de sereno y de satisfecho. Sé que es así y eso me hace feliz.
La verdad es que trece años compartidos, con los altibajos propios de dos corazones que se quieren pero que no comparten intereses, deja una huella imborrable y ahora, transcurrido tiempo desde que dejamos de caminar juntos, veo desde la distancia que compartíamos más de lo que ambos creímos.
En cualquier caso, nuestro adiós fue necesario. Y me enternece el comprobar que ahora te siento más cerca que cuando compartíamos nuestras vidas. El tiempo y la distancia son crueles porque nos muestran la verdad cuando no se puede desandar el camino. Pero nos enseña lo que fue, lo que tuvimos, y revive el sentimiento de afecto que suponíamos marchito. Y la alegría de saberte feliz se impone a la nostalgia de lo perdido.
Quiero que sean eternas las felicitaciones por el día de nuestro cumpleaños; quiero seguir escuchando tu voz alegre y serena; quiero saber que sigues estrujando las bellezas de la vida colmándote de felicidad; quiero decirte que te sigo queriendo muchísimo; y quiero que sepas que de ti aprendí muchas cosas, casi tantas como las que disfruté.
En la primavera de 2006 nuestro amigo Enrique nos hizo las fotos. Pocos meses después, pleno de vida y futuro, una fulminante y cruel enfermedad nos lo arrebató.
A Juanjo, a quien tanto he querido, quiero y querré aunque ya no caminemos cogidos de la mano; aunque en las primaveras no disfrutemos juntos de la belleza del cerezo.
El cerezo ha florecido
Entre cantos de jilgueros
A la sombra de los pinos
En desagravio al invierno
Si ha florecido el cerezo
Tu primavera ha llegado
Rebosando flores blancas
Enmarcando de esperanza
Tu casa de terciopelo
Entre las flores descansa
El sonido del silencio
Que acuna un cofre que esconde
Nuestras caricias y besos
Huertos de nuestro afecto
El cofre es custodiado
Por las hadas del recuerdo
Que enredan entre las ramas
El secreto de amor
Que ambos le encomendamos
Entre lágrimas bordadas
Con la rabia y el despecho
Amigo, en la primavera
Cuando florezca el cerezo
Recuerda que entre las flores
En el cofre y entre el silencio
Está un trozo de mi Alma
Que se aferró a nuestro sueño
Amigo, en la madrugada
Cuando te envuelva el silencio
Siente mi abrazo velado
Que se cobija en tu cuerpo
Perfumado de caricias
Nacidas de las flores del cerezo
En las noches estrelladas
Cuando se ilumine el cielo
Escoge la estrella más blanca
Entrégasela al cerezo
Que las hadas que custodian
Nuestro cofre de recuerdos
Iluminaran de vida
El cariño que te tengo
Y que habita en tu casa
Enredado entre las ramas
Del cerezo
Cuando se imponga el invierno
No olvides que entre la escarcha
Que engalana su ramada
Arde la savia del amor que por ti siento
Oculta en el cofre nácar
Que se esconde en el cerezo
Y que custodian las hadas
Sea verano o invierno
Por ser tesoro lacrado
Con el recuerdo de vida
Que ambos nos regalamos
A la sombra de las flores
todas blancas
De nuestro cerezo.
Sherezade