Quiero levantar mi copa cargada de veneno rancio, de ese que domina las entrañas del infierno personal que todos arrullamos, el que se complace en extinguir las luces que alivian los sentires y las convertimos en la estrella de esperanza que se convierte en la guía bajo las que nos cobijamos en las noches cerradas de nuestra existencia.
Levanto mi copa y brindo por la aceptación, como actitud valiente de asumir que los sueños, sueños son, y que si alguno de ellos se realiza, perderá su halo de ilusión cuando se inserte en la cotidianidad de nuestras vidas.
Mil veces soñé que amaba, y mientras fue un sueño rocé el goce del éxtasis supremo. Más, el sueño, decidió vivir su propia vida y me abrazó sin reparo para que paladease su sabor, ácido y amargo, pérfido y suicida, el del sueño, que no el amado, quien también forjó sus sueños de enamorado y se convirtieron en fango de agonía cuando consiguió lo tantas veces anhelado.
Mil veces soñé que una mano aprisionaba mi mano, y que un alma se fundía con la mía y entonces, cuando aprendí a vivir la vida en compañía, sorprendí libres mis manos, y percibí el alma dolorida y, una vez más, de nuevo, recorriendo el camino en solitario, los pájaros entonan una dulce melodía que susurra muy despacio, que la soledad no es mía, sino patrimonio humano , en la muerte y en la vida.
Acepto, soledad, tu mano, la acepto porque eres mía, porque aunque me aferre a otras manos, aunque me funda en otras vidas, tú, y sólo tú, estarás siempre a mi lado haciéndome compañía.
Brindo pues por comprenderlo, por saber que así es la vida, aceptar que los sueños deben seguir siendo sueños que custodien mi esperanza de vivir en compañía.
Doloroso y bello
ResponderEliminarBesos
Creo que somos rivales, la soledad es tan tuya como mía te aseguro que se la dariamos al viento... Casi no sueño es tan duro el despertar....
ResponderEliminarBesos
hay sali como anónimo
ResponderEliminarNina
MANZANAS, CEREZAS, VINO TINTO Y ANHELOS...
Besos
Hace tiempo que no sueño, serán cosas de la edad. Suerte la vuestra que podéis recrearos en ellos. De los sueños.... pues eso, que sueños son.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Y sentirte solo cuando estás acompañado por ese con el que soñabas,no será mucho más triste, Sherezade?
ResponderEliminarTe he echado de menos, preciosa. Tienes un regalito en mi blog desde hace unos días.
Besitos a los dos, que no me olvido de ese bombón que se llama Bolita.
nice!!! besos
ResponderEliminarHe venido de un un blog amigo a conocerte!!!
ResponderEliminarTienes un hermosa casa y si me permites me quedare.
Tu entrada es bellisíma. que seria de nosotros sin esos sueños.
un beso....
¡Qué belleza de texto! Una pena que lo que dice sea real. La soledad es madre de una gran familia de la que todos, una vez u otra, formamos parte.
ResponderEliminarY en esto de los sueños amorosos sucede como con los niños: se les antoja un juguete y parece que no pueden vivir sin él; pero luego, cuando consiguen que sus padres se lo compren,al cabo de unos días dejan de interesarle y sueñan con otros.Ya lo dice la Biblia: el ojo no se cansa de ver,ni el estómago de comer. No hay nada nuevo bajo el Sol. Bueno, amiga, que te animes y pases un feliz verano. Un beso
Hola, cariño!! Hacía unos días que no te leía y te encontraba a faltar. Ya veo que has hecho algunos cambios por tu blog...
ResponderEliminarEl texto es hermoso, lleno de sensibilidad y de cierta tristeza. Los sueños me gustan, me parece que los necesitamos..., pero siempre hemos de tener claro que no dejan de ser sueños y que es difícil realizarlos al completo. Trocitos de sueños, creo que sí podemos realizar... al menos eso espero.
Un abrazo y mi cariño.
Los dueños solo son eso,Suenos
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