Cuenta una antiquísima leyenda referida a la noche más corta de año, cuando se produce el solsticio del verano, lo siguiente:
En las proximidades de un pueblo llamado Sier, una mujer fue apresada y quemada en una hoguera.
Alima, nombre que le asignaron, era poseedora de una tez pálida y una cabellera dorada, así como unos ojos del color del cielo.
En realidad, la niña, recién nacida, fue encontrada por un hombre en la ladera de una montaña cuando salía a realizar sus quehaceres diarios y llevándola a su hogar, su mujer y él, la cuidaron y trataron como otro hijo más.
En una población en la que todos eran morenos de ojos negros, la existencia de esa niña supuso un impacto que la marcó de por vida, al ser considerada diferente a los demás.
Pero Alima no era diferente sólo por el físico, que también, sino por una sabiduría innata que la separaba del resto de los mortales.
Sin que nadie la hubiera enseñado conocía perfectamente las propiedades de cada una de las plantas de la zona, que convertía en esencias en el día y hora exactos que a cada una correspondía.
Las esencias que creaba tenían distintas propiedades. La mayoría eran curativas pero, no en todos los casos, pues el poder de una de sus esencias, con las que rociaba cada noche del solsticio de verano su cuerpo y el de su familia, impedía que el paso del tiempo hiciera mella en todos ellos.
Transcurrieron muchos años y Alima, junto con sus padres, hermanos y las familias que éstos habían creado, vieron como su familia y amigos se iban de este mundo víctimas de la enfermedad o la vejez, mientras ellos continuaban su vida libres de cualquier mal, que no tenían cabida en su universo.
Como podéis imaginar, la esencia de la juventud de Alima, fue codiciada por todos, y Emperadores y Reyes del mundo entero procuraron obtener, por las buenas o por la fuerza, la fórmula mágica de una vida terrenal eterna.
Le ofrecieron tesoros incalculables, pero Alima, con su eterna sonrisa, ofrecía su negativa aduciendo que el secreto de su esencia estaba a la vista de todos y si lo vendiese, sería engañar al prójimo.
Su propia familia, conocedora de que el poder de la famosa esencia la elaboraba con plantas que ella misma escogía, le propuso que aceptara los tesoros que le eran ofrecidos, porque, al fin y al cabo, era cuestión de recoger más y hacer más cantidad para los otros.
Alima suspiraba cuando escuchaba sus súplicas, y sin decir palabra alguna, se alejaba de la casa para desaparecer por unos días. Cuando regresaba, su familia, cada vez más amplia, la miraba con recelo y no sin enfado por su negativa a recoger riquezas que les permitirían cesar en su trabajo, que así visto, sería eterno.
Pasaron algunos años, en los que la codicia de sus hermanos, sobrinos y sobrinos nietos, fue en aumento. Incluso la codicia anidó en sus padres quienes le reprochaban su tozudez y la incitaban a elaborar más cantidad de esencia que podría vender y permitir con ello, no sólo vida, sino también, riquezas para vivirla.
Con el corazón roto por estas palabras, Alima desapareció de nuevo, y esta vez tardó meses en regresar. Volvió a casa justo el día antes de la noche del solsticio de verano, y fue recibida, de forma indiferente por su familia, quienes la despreciaron por su rareza y egoísmo.
Esa noche de solsticio de verano, Alima, cuando todos dormían, cogió su frasco de esencia de la vida y se cobijó bajo el cielo. Entonces derramó su contenido por su cuerpo al tiempo que regaba la tierra con el resto, agradeciendo los frutos y la belleza que cada día proporcionaba sus sustento y su alegría por vivir, rocío de esencia que se fundió con sus lágrimas por la pena de saber que su familia la había abandonado.
Pasados los años, todos los miembros de su familia fueron envejeciendo o muriendo por enfermedades que no pudo curar. Aquella noche en la que no les regaló el rocío de su esencia mató el hechizo mágico de su juventud y vida eterna.
Llegó un momento que la envidia y la rabia azuzaron a la justicia del reino para acabar con esa hechicera egoísta y asesina hasta de su propia familia, a quienes les negó el don de la vida, y, a la doce en punto de la noche de un solsticio del verano, fue quemada en una hoguera.
Aún no se había prendido el fuego cuando los alguaciles del pueblo saqueaban su casa en busca del secreto de la joven. Encontraron muchos frascos con esencias de bellas fragancias con las que se rociaron por si acaso alguna de ellas les proporcionaba la juventud eterna. Eso y pergaminos garabateados fue lo que encontraron entre sus pertenencias. Los garabatos intentaron ser descifrados durante muchísimos años por los sabios de la época, más no lograron descifrar que significaba tantos dibujos de la luna besando un niño, que resultó ser una niña, pues en cada dibujo iba creciendo hasta distinguirse la figura inconfundible de una bellísima joven de cabellera rubia y ojos azules. En cada dibujo la luna la estaba besando.
Cuenta la leyenda que desde esa noche de verano en que Alima fue quemada en la hoguera, la luna nunca es visible desde la población de Sier y que los frutos de esa tierra crecen sanos y hermosos hasta que son recolectados, momento en el que pierden su belleza y rezuman un amargor que los hace incomestibles.
También dicen que, cada noche de solsticio de verano, en la profunda oscuridad de la noche, se escucha el llanto de un recién nacido sin que nadie logre encontrarlo.
Sherezade
que bonita la leyenda de Alima. Nunca la había oído.
ResponderEliminarDe siempre es sabido que la codicia se amiga de la avaricia y la avaricia...rompe el saco.
Precioso.
Besos, guapa!
Mi queridísima Sherezadita. Aquí me tienes con la boca y el corazón abiertos empapándome de la leyenda. ¡Tantas y tantas alrededor de esta noche mágica!
ResponderEliminarSoy tonta pero espero ver bajar luces que se conviertan en hadas y espero que esta luna y este fuego que purifican nos ayuden a conseguir todo aquello pequeño pero no falto de importancia que llene nuestra vida y la de los demás de serenidad y alegría.
Los dibujos son preciosos y acompañan maravillosamente a la leyenda.
Miles de brisas y miles de besos.
T.p.s.
Malena
No conocia la leyenda. Preciosa leyenda que nos demuestra una vez más que hasta las personas a quienes mas queremos son incapaces de entender que se pueden despreciar las riquezas por savaguardar lo que el amor da sin pedir nada a cambio.
ResponderEliminarMe encanto esa leyenda y me encantó como la cuentas.
Mi mejor sonrisa para ti
Magnifica produccion, bella historia, besos
ResponderEliminarQué preciosa leyenda, y qué nombre tan bonito: Alima. La noche de San Juan tiene una magia especial, el fuego, la luna, los deseos, el dejar atrás lo malo.
ResponderEliminarYo me regué en la fuente del embarcadero a las doce, fue muy divertido porque hacía algunos años que sólo me metía en la ducha, en casa. Había bastante gente cerca del río, y las estrellas estaban brillantes y hermosas.
Mil besos, Sherezade, y a Boly muchos mimitos.
Me ha embelesado la leyenda de Alima. No. me ha embelesado tu manera de plasmarla.
ResponderEliminarLa avaricia es más poderosa que la pócima de la juventud. Por eso será mejor que nadie jamás la encuentre...
Besossss
Me encantan las leyenda y esta no ha sido menos.
ResponderEliminarAbrazos.
Vaya leyenda Sherezade, como todas las leyendas transmite diversas lecciones. Me quedo con la incapacidad del ser humano para disfrutar lo que tiene y esa obsesión por las riquezas. Y, por supuesto, me quedo con lo difícil que es aceptar a quien es diferente y la tendencia al uso de la violencia para acabar con quien lo es y que todo el mundo sea "normal".
ResponderEliminarUna hermosa historia.
Un abrazo grande, espero que hayas pasado buen solsticio de verano, confío en que te sea propicio y logres tus deseos.
Nunca estamos contentos con nuestro destino, y poco nos conformamos con lo que tenemos.
ResponderEliminarUna linda leyenda.
Besos.
Me cautivo la historia de principio a fin.... Siempre tan egoístas como seres humanos ....
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias por recordarme mi niñez! todas estas imágenes me llevaron a eso...;-)
ResponderEliminarUna bella leyenda que me llevo en mi corazón!
Besos,
Ali
Muy bonita la leyenda. Siempre se aprende algo nuevo y de todo se saca algo para cada uno. Me ha gustado ;)
ResponderEliminarBss
ResponderEliminarDejate envolver por la bruma de la primer aurora y nunca te enojes, espera que fluya la calma en el interior del alma...Se duplica el ánimo y la melancolía se evaporará.
¡¡Feliz fin de semana para ti y todos los que te rodean!!
Un montón de besos multicolores!!
María del Carmen
Una hermosa leyenda magistralmente plasmada en este post. Muy bella. Un abrazo.
ResponderEliminarHola amiga, pásate a recoger un premio con motivo de mi cumpleaños.
ResponderEliminarTe dejo mi ternura
Sor. Cecilia
Sherezade, pásate cuando puedas por mi blog para recoger un Premio, eso sí, a medias con Bolita, que me tiene enamorada. Son las dos imágenes, espero que te agraden. Muchos besitos para ti y para Boly.
ResponderEliminarmuy bonito el beso de la luna ... un placer el ratito en tu mundo ... un saludo
ResponderEliminar
ResponderEliminarVamos a celebrar el día de la amistad con unos días de adelanto...
Una de nuestras amigas fue quien lo inició hace unos días, y lo continuo con parte de sus regalos.
Más otro que yo he personalizado, pensando en ti, que lo encontrarás al final de los demás, con el que acompaño para que tengas variedad para compartir.
Los obsequios están en Mis caricias del alma, en la entrada subida con fecha día siete.
Un abrazo de madreselvas para este fin de semana, que a través del aroma envuelven con ternura los sueños que anidan en los corazones...
María del Carmen