Me resulta curioso este mundo de los blogs.
Escritos de anónimos que nos atrevemos a descargar en la nube virtual nuestras emociones más profundas con el inconfesable deseo de que un alma gemela recoga la nuestra, la acaricie, la mime, la cure y nos devuelva una sonrisa a través de comentarios bienintencionados que nos confirmen que otro ser humano comprende lo que nos ocurre.
Y ello me ha llevado a una reflexión que no por evidente deja de tener importancia. ! En el mundo de los sentimientos que provocan las cuitas del Amor, todos somos iguales!
Cuando no tenemos la fuerza del anonimato somos muy distintos en la forma de expresar la alegría, el deseo, el dolor, el miedo, la desesperanza, el odio o la rabia a la forma de como lo reflejamos en nuestros escritos.
Pero esta nube a la que lanzamos nuestras emociones con la esperanza de que se conviertan en gotas que caigan en los ojos de un lector bendito que nos quiera acompañar, nos invita a mostrarnos tal cual somos cuando nos sentimos absolutamente deshinibidos: llorar sin verguenza, el que la sienta al llorar; lanzar un grito desesperado con la esperanza de que nos oíga el corazón de aquél que nos ha robado el nuestro dejándonos vivos pero sin la posiblidad de sentir sus latidos; la muerte en vida que nos provoca el torpedeo constante de recuerdos de aquellas promesas de amor eterno, aquellos besos dulces y abrazos intensos que no volverán pero a los que nos aferramos combatiendo el desespero . Lanzar dardos envenenados encubiertos en el perdón al causante de nuestras heridas, de esas que no tienen cura porque simplemente se alivian con el tiempo y la distancia, pero que permanecen abiertas para siempre y amenazan con volverán a sangrar cuando escuchemos un nombre, una canción , miremos un paisaje, percibamos un olor que oimos, vimos u olimos con nuetro amado.
Pero esta nube a la que lanzamos nuestras emociones con la esperanza de que se conviertan en gotas que caigan en los ojos de un lector bendito que nos quiera acompañar, nos invita a mostrarnos tal cual somos cuando nos sentimos absolutamente deshinibidos: llorar sin verguenza, el que la sienta al llorar; lanzar un grito desesperado con la esperanza de que nos oíga el corazón de aquél que nos ha robado el nuestro dejándonos vivos pero sin la posiblidad de sentir sus latidos; la muerte en vida que nos provoca el torpedeo constante de recuerdos de aquellas promesas de amor eterno, aquellos besos dulces y abrazos intensos que no volverán pero a los que nos aferramos combatiendo el desespero . Lanzar dardos envenenados encubiertos en el perdón al causante de nuestras heridas, de esas que no tienen cura porque simplemente se alivian con el tiempo y la distancia, pero que permanecen abiertas para siempre y amenazan con volverán a sangrar cuando escuchemos un nombre, una canción , miremos un paisaje, percibamos un olor que oimos, vimos u olimos con nuetro amado.
Sin embargo, mañana, nos pondremos la máscara para enmascarar nuestras emociones y sortear nuestras vidas, esperanzados en que cuando llegue la noche, podamos volver a la "nube" y enseñar nuestro corazón dando rienda suelta a nuestras emociones.
!Bendita nube virtual.!
Si me lo permitís, me uno a vosotros, me uno para elevar a ella los sonidos de mi corazón con la esperanza de que me acompañéis en sus momentos de alegría y en sus momentos de dolor.
Sherezade
Me paso por aquí por primera vez y me quedo para seguirte te enlazo y ns leemos..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Tus letras se juntan con tus palabras que bailan al compás de tu sentir
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