Hay caminos escondidos en mi mente
Por los que me gusta perderme de vez en cuando,
Y hay días que comprendo que debo transitarlos más,
Al fin y al cabo, esa prohibición de evitarlos que yo misma me he impuesto conlleva, sólo, la sanción de recordarte.
Y eso me gusta, porque puedo ver tu rostro sin que se diluya tu cara
Compruebo que tu mirada no me enternece, ni tus palabras me seducen, ni tampoco deseo tus besos ni tus caricias,
Eres recuerdo cada vez menos malsano, cada vez más lúcido,
El muro de humo que levanté para salvaguardar la imagen ficticia del hombre del que me enamoré, se ha derruido con la verdad que enseña el tiempo
Y que oculta el estado de idiotez del enamoramiento
Ya no te temo, lo mismo que ya no te amo
Más tampoco te sueño, y eso, sí que me duele
Porque sin quererlo he matado el sueño del Amor
Y, una vez más, como la paloma del poema de Machado, estoy errando
Porque no tengo que matar el sueño, sino el objeto del sueño
Porque si de morir se trata, no quiero que sea el sueño de mi vida ,
Por eso, intuyo que debo recorrer esos caminos ocultos de mi mente,
Perderme en ese laberinto de emociones escondidas y perversas , para descifrar la encrucijada de mi vida, hasta encontrar el valle sagrado del perdón, en donde, tras realizar la ofrenda pactada con los dioses, depositaré tu recuerdo, entonaré el sonido del silencio en memoria de tanto amor sin sentido que derramé en el camino de mi vida
Y libre de resentimiento, me fundiré con el viento izando el sueño de mi libertad.
Pero..
Son tantos los caminos que se cruzan….
Sherezade