En la calidez de la noche, cuando las luces se apagan y el silencio se impone, me surge compartir con vosotros esta historia de pura vida.
Candela es mi amiga, una amiga muy especial.
Es una mujer de edad mediana, trabajadora incansable en el mundo de las leyes, luchadora innata aunque no ha tenido más opción, impulsiva, alocada, con un corazón enorme que no sabe cuidar, al que regalan golpes continuamente.....pero no sabe como cerrarlo, eso dice y creo que es verdad.
Además, Candela, es tremendamente atractiva y seductora con su mirada, sus gestos, el sonido de su voz aunque ella no es consciente de ello y ni quiere serlo.
Desde hace dos años ha estado muy enferma, mucho. Con una enfermedad maligna, de las peores, de las que carcome lo más profundo y te arranca la vida de cuajo, sin miramientos, sin respetar lo sueños, las ilusiones y la alegría.
Hace un tiempo se enamoró perdidamente y lo entregó todo, absolutamente todo, depositando su cuerpo y alma en otra persona que entre sus brazos la arrastró en un baile de vida y sueños hasta el Cielo. Y cuando tan arriba estaba, esa persona la dejó caer sin sujetarla y sin que su comportamiento tuviera sentido alguno.
Pero Candela, por la fuerza de la caída, no llegó a la tierra, no; se fue directamente al infierno y durante mucho tiempo, aunque sus amigos intentamos que regresara con nosotros, no podía salir. Decidió fundirse con las llamas del dolor, intentando entender la mentira de la que fue objeto, negando su realidad, analizando cada palabra o gesto suyo que la acusara de lo ocurrido. Se culpabilizó, no se consideró suficientemente guapa, ni valiosa, ni inteligente......! Algo tenía que ser! El hombre más maravilloso que se había cruzado en su Vida, y mira que se habían cruzado unos cuantos, el más noble, no era el culpable de la caída, no podía serlo; la causa de tal descalabro tenía que ser ella necesariamente, porque él !era tan especial...!
Y sí que debía serlo. No hace mucho comprendí porqué mi impresionante amiga Candela, ha preferido vivir más de dos años en el Infierno, sin regresar a la Tierra. Su amado se llama Lucifer, que adoptando una de sus múltiples formas, se disfrazó de hombre santo, inteligente, tierno, sensible, comprensivo, cariñoso y amante sin igual, y desplegó su satánica seducción hasta que robó el Alma de mi amiga Candela, manteniéndola en el llamado Harén del Dolor que, al parecer, tiene creado en su incendiara morada.
Meticulosamente calculaba sus visitas al harén para mantenerla con las mismas promesas y sueños del amor más sublime...ese, el que enamoró a Candela. Y allí habitó mi amiga, inmersa en una alegría y esperanza tan falsas como las monedas de Judas. No podíamos entenderla porque no le conocíamos a él, nos decía a cada uno de sus amigos que intentamos hacerla regresar a la realidad.
Lo cierto es que Candela no sólo no escuchaba sino que no quería escuchar. Entiendo que mostrarle su realidad conllevan palabras muy dolorosas para un Alma abducida por la mentira.
El santo hombre satánico que enamoró a Candela se descuidó en una de sus visitas. Y Candela al impacientarse preguntó por él. Era la primera vez, porque en su creencia de vivir en el Cielo y no en el Infierno, no se había dado cuenta de que estaba en un harén, con otras mujeres en su misma situación, esperando su turno de ser recompensada con las migajas que las alimentara el tiempo suficiente hasta escuchar de nuevo promesas de amor eterno.
De esa forma, mi amiga Candela, tuvo que afrontar de golpe su realidad.. No era ella la elegida, era simplemente una más de las enamoradas de un hombre que las sedujo con la mentira. De pronto, sus ojos se abrieron y su mirada comenzó a ver: abrió sus oídos y comenzó a escuchar; olfateó la mentira y decidió escapar. Esto resultó más complicado porque su amado la había atado con cadenas invisibles de justificaciones, como no, llenas de mentiras. Y, Candela, ajada y maltrecha, le hizo frente a su realidad. Decidió salir del harén del Dolor, y comenzó sus pasos de regreso a la Tierra. Triste y malherida, pero más libre de su dolor cada día que pasa. Y con cada día, nuevos pasos, y con cada paso, más distancia y lejanía de tanta mentira.
Yo que conozco bien a Candela, sé que tendrá que pasar tiempo hasta que recupere el brillo de su mirada y su natural sonrisa, y también, para que vuelva a sentir ilusión y se abandone a sus sueños, pero, estoy contenta, mucho, porque mi amiga se está curando de su enfermedad y ha vuelto a la vida.
Pero se me atenaza el alma cuando compruebo que la Mentira, con su inconmensurable poder maligno, es un arma que está al alcance de cualquiera...
Sherezade
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ResponderEliminarMi querida Sherezade: Un relación que se basa en la mentira destruye a las personas haciéndolas perder la confianza en si mismas y más, cuando nos hace sentir culpables de actos de los que no somos responsables.
ResponderEliminarCandela ha tenido mucha suerte de abrir al final los ojos aunque ver la realidad es muy doloroso sobre todo cuando has confiado totalmente en una persona y le has entregado todo lo que eres sin esperar nunca que te pudieran traicionar.
Podré perdonar muchas cosas pero la mentira nunca.
Tu amiga Candela cuenta con todas mis simpatías.
Mil besos y mil rosas, Sherezade.
Siempre aquí Malena, gracias por ello.
ResponderEliminarCandela tiene un corazón bueno, y como tú, si algo odia es la mentira. Con tanta sinceridad que derrocha, con qué facilidad le venció la mentira. Lo importante es salir, caminar y alejarse y mi amiga ya ha hecho las tres cosas.
Mil besos y mil rosas blancas para ti, mi querida Malena
Ah, eso es lo peor: que la mentira está tan al alcance de todos. Nunca había pensado en ella de esa forma... quienquiera que sea nos la ha puesto ahí para que, como dices, la olfateemos. Pero a veces nos metemos en un círculo que no deja de ser principio y fin a un tiempo y, sin embargo, por ello, tan perfecto como un ombligo.
ResponderEliminarUn saludo, Sherezade.
Mi querida amiga: hoy me bebí tus palabras... ¿cuántas no sufrimos la tentación de Lucifer?... Se pasa mal porque de ser princesa te conviertes en mendiga. A veces nosotras mismas nos ponemos la venda en los ojos porque necesitas que te vean maravillosa, lo importante es que más tarde o más temprano, no sirve lo que te digan, uno mismo encuentre pronto el espejo que refleje lo maravillosas que somos sin necesidad de ese alguien a tu lado...
ResponderEliminarEl amor y el dolor casi siempre van de la mano, pero los dos es necesario conocerlos.
Un abrazo
La mentira es una puñalada mal dada.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Candela ha tenido suerte de darse cuenta de la mentira y escapar de ella...me alegro muchísimo por ella....porque abrir los ojos no es fácil cuando hay sentimientos de por medio...un saludito para las dos
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