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23 junio 2011

EL BESO DE LA LUNA




Cuenta una  antiquísima leyenda referida a la noche más corta de año, cuando se produce el solsticio del verano, lo siguiente:

En las proximidades de un pueblo llamado Sier, una mujer fue apresada y quemada en una hoguera.

Alima, nombre que le asignaron, era poseedora de una tez pálida y una cabellera dorada, así como unos ojos del color del cielo.

En realidad, la niña, recién nacida, fue encontrada por un hombre en la ladera de una montaña cuando salía a realizar sus quehaceres diarios y llevándola a su hogar, su mujer y él, la cuidaron y trataron como otro hijo más.

En una población en la que todos eran morenos de ojos negros, la existencia de esa niña supuso un impacto que la marcó de por vida, al ser considerada diferente a los demás.

Pero Alima no era diferente sólo por el físico, que también, sino por una sabiduría innata que la separaba del resto de los mortales.

Sin que nadie la hubiera enseñado conocía perfectamente las propiedades de cada una de las plantas de la zona, que convertía en esencias en el día y hora exactos que a cada una correspondía.

Las esencias que creaba tenían distintas propiedades. La mayoría eran curativas pero, no en todos los casos, pues el poder de una de sus esencias, con las que rociaba cada noche del solsticio de verano su cuerpo y el de su familia, impedía que el paso del tiempo hiciera mella en todos ellos.


Transcurrieron muchos años y Alima, junto con sus padres, hermanos y las familias que éstos habían creado, vieron como su familia y amigos se iban de este mundo víctimas de la enfermedad o la vejez, mientras ellos continuaban su vida libres de cualquier mal, que no tenían cabida en su universo.

Como podéis imaginar,  la esencia de la juventud de Alima, fue codiciada por todos, y  Emperadores y Reyes del mundo entero procuraron obtener, por las buenas o por la fuerza, la fórmula mágica de una vida terrenal eterna.

Le ofrecieron tesoros incalculables, pero Alima, con su eterna sonrisa, ofrecía su negativa aduciendo que el secreto de su esencia estaba a la vista de todos y si lo vendiese, sería engañar al prójimo.

Su propia familia, conocedora de que el poder de la famosa esencia la elaboraba con plantas que ella misma escogía, le propuso que aceptara los tesoros que le eran ofrecidos, porque, al fin y al cabo, era cuestión de recoger más y hacer más cantidad para los otros.

Alima suspiraba cuando escuchaba sus súplicas, y sin decir palabra alguna, se alejaba de la casa para desaparecer por unos días.  Cuando regresaba, su familia, cada vez más amplia, la miraba con recelo y no sin enfado por su negativa a recoger riquezas que les permitirían cesar en su trabajo, que así visto, sería eterno.

Pasaron algunos años, en los que la codicia de sus hermanos, sobrinos y sobrinos nietos, fue en aumento. Incluso la codicia anidó en sus padres quienes le reprochaban su tozudez y la incitaban a elaborar más cantidad de esencia que podría vender y permitir con ello, no sólo vida, sino también, riquezas para vivirla.

Con el corazón roto por estas palabras, Alima desapareció de nuevo, y esta vez tardó meses en regresar.  Volvió a casa justo el día antes de la noche del solsticio de verano, y fue recibida, de forma indiferente por su familia, quienes la despreciaron por su rareza y egoísmo.

Esa noche de solsticio de verano, Alima, cuando todos dormían, cogió su frasco de esencia de la vida y se cobijó bajo el cielo. Entonces derramó su contenido por su cuerpo al tiempo que regaba la tierra con el resto, agradeciendo los frutos y la belleza que cada día proporcionaba sus sustento y su alegría por vivir, rocío de esencia que se fundió con sus lágrimas por la pena de saber que su familia la había abandonado.

Pasados los años, todos los miembros de su familia fueron envejeciendo o muriendo por enfermedades que no pudo curar. Aquella noche en la que no les regaló el rocío de su esencia mató el hechizo mágico de su juventud y vida eterna.

Llegó un momento que la envidia y la rabia azuzaron a la justicia del reino para acabar con esa hechicera egoísta y asesina hasta de su propia familia, a quienes les negó el don de la vida, y, a la doce en punto de la noche de un solsticio del verano, fue quemada en una hoguera.

Aún no se había prendido el fuego cuando los alguaciles del pueblo saqueaban su casa en busca del secreto de la joven. Encontraron muchos frascos con esencias de bellas fragancias con las que se rociaron por si acaso alguna de ellas les proporcionaba la juventud eterna. Eso y pergaminos garabateados fue lo que encontraron entre sus pertenencias. Los garabatos intentaron ser descifrados durante muchísimos años por los sabios de la época, más no lograron descifrar que significaba tantos dibujos de la luna besando un niño, que resultó ser una niña, pues en cada dibujo iba creciendo hasta distinguirse la figura inconfundible de una bellísima joven de cabellera rubia y ojos azules. En cada dibujo la luna la estaba besando.

Cuenta la leyenda que desde esa noche de verano en que Alima fue quemada en la hoguera, la luna nunca es visible desde la población de Sier  y que los frutos de esa tierra crecen sanos y hermosos hasta que son recolectados, momento en el que pierden su belleza y rezuman un amargor que los hace incomestibles.

También dicen que, cada noche de solsticio de verano, en la profunda oscuridad de la noche, se escucha el llanto de un recién nacido sin que nadie logre encontrarlo.


Sherezade

17 junio 2011

S.O.S. ¿ HAY ALGUIEN AHÍ?




Ahora que nadie me ve, aprovecho para lanzar una SOS por si hay alguien al otro lado.

A ver, primero os  cuento, aunque mejor, me presento. Soy Boli como inicialmente me bautizaron, o Boly como mi mami ha intentado inútilmente ennoblecer mi vulgar nombre perruno, o Bolita como le gusta llamarme cuando está muy cariñosa, o Bola, que con todos esos apodos aparezco por aquí…

El caso es el siguiente: mi mami, como Sherezade la conocen  por estos Lares, anda de nuevo de “novios” y me preocupa porque la pobre, la verdad, no acierta nada de nada con los que elige, al menos desde que  la conozco yo.

Y a mi,  al  igual que a los humanos en la mili  se les da por hecho su valor, se me pide que mi olfato distinga el bueno del malo, y mira, si no lo ha conseguido San Antonio, no sé que milagros pretende que haga yo.

Sí, es cierto que tiene toda la razón cuando con el último novio serio que tuvo la despisté un montón, porque desde el primer momento me cayó el muchacho muy requetebién, y le reía todas las cucamonas que me hacía. Nunca le ladré ni le gruñí, y me dejaba acariciar por sus manos hombrunas  aunque os confieso que en parte compró mi silencio con torreznos y jamón del rico que me daba cuando ella no nos veía. Porque seré perro, pero tonto, no.

Y claro, yo, mirándole a los ojos, no pude descubrir la arteria psicopatilla que se gastaba el muchacho porque tampoco hizo intentos de acabar físicamente con ninguno de los dos.

Voy al grano que empiezo parecerme al rollo de la She… cuando agarra el teclado. El caso es que resultó ser un psicopatilla de tres al cuarto, imagino yo que por contagio de tantos pacientes en el mismo estado, pero el caso es que casi acaba con ella, y si yo sobrevivo es de puro milagro tras tantas penas de las que me hizo su confidente. Ella no creerá en los santos pero yo ya me estoy encomendando a todos ellos por la que se pueda avecinar.

El caso es que para los humanos mi mami aún está de  buen ver. Yo no soy celoso siempre y cuando la She…me siga dando besos y achuchones y me lleve al parque a jugar a la pelota., y respete mi sueño nocturno en mi cama que coincide con la suya.

Aquí viene la cuestión: a veces me pregunta que me parece a mi, fulanito el intelectual, o menganito el simpaticón, o zutanito el seductor,  o, o, o….el caso es que ni rechisto porque eso de meter la pata no lo quiero repetir. Porque uno,  también está herido en su autoestima porque fue mi olfato el que se equivocó y creo yo que por culpa del jamón.

Total, que, a mi mami, sus hormonas la tienen pelín revolucionada y nos es cuestión de andarse con tonterías, por eso, yo, os suplico, que sin que ella se entere y esto quede entre nosotros, me deis pistas sobre cómo puedo distinguir el hombre humano bueno del malo, el que tiene buenas intenciones del que no las tiene, el que miente del que no lo hace, el que está bien de la azotea del que la tiene con goteras….en fin, necesito que me lo digáis porque otro bacatazo de mi olfato, y acabo en el fondo del mar con lo poco que me gusta el agua.

Ah!!! Me encanta que me mandéis besos, que la She..  me lo dice porque se lo escribís en los comentarios, sobre todo cuando le da por hablar conmigo de esas cosas tan raritas que me cuenta y de paso la publica por si picáis vosotros, y luego me abraza por lo quietecito que me quedo; a ver, que remedio, me duermo como un tronco porque estoy de luna, estrellas, hadas y elfos  un poquito empachado, pero si ella es feliz…yo le sigo el juego.

Chisss…..os repito que todo  esto es supersecreto, que a ver si me va a tocar vivir con las sirenas por los siglos de los siglos ¿ Vale?

Yo también os quiero

Boli, Boly, Bolita, Bola... 

10 junio 2011

SAN ANTONIO DE LA FLORIDA


" La primera verbena que Dios envía es la de San Antonio de la Florida" ( refranero de Madrid)

Escucha peludo, que te voy a contar mis avatares con un santo canonizado, con el que mantengo un contencioso que, de tan largo en el tiempo, creo que se nos está olvidando a ambos.

Seguro que no sabes que el día 13 de junio en el santoral se celebra el día de San Antonio, que es el mismo que el de Padua, sólo que para los madrileños es el de la Florida.

Te ahorraré detalles de la historia de su ermita y sus fabulosas pinturas de Francisco de Goya, porque lo que quiero contarte es el por qué estoy tan enfadada con él aunque de ello sólo me acuerde los señalados 13 de junio.

Verás, Una de las tradiciones madrileñas más castizas está relacionada con las Fiestas de San Antonio de la Florida:  la de las “modistillas” y sus alfileres.
Las populares 'modistillas' de finales del siglo XIX y principios del XX, ataviadas con sus castizos vestidos de alegres colores y sus claveles en el pelo sujetos por los blancos pañuelos, no van a ser las protagonistas de esta historia, si no que lo somos mi amiga Lola y yo.
Según la tradición madrileña, el día de San Antonio de la Florida -13 de junio-, las mozas casaderas deben echar a la pila bautismal colocada en el exterior de la ermita 13 alfileres, para después introducir la mano en la misma y, aquí viene lo bueno, igual al número de alfileres como se queden prendidos a la palma de la mano tantos novios o pretendientes tendrán ese año. Por supuesto que la esperanza real es la de encontrar marido.
Pues aquí entro yo. En cuestiones de amoríos, la verdad, San Antonio nunca me ha tratado bien. Tras romper con mi primer novio al que recuerdo con verdadero cariño pero acertamos al separarnos, comenzó por mi vida el desfile  de una cohorte nutrida  de psicopatillas, incomprendidos, empalagosos y descerebrados con la que este santo me bendijo durante varios años que a mi me parecieron siglos.
Los 13 de junio mi familia tenía la costumbre de visitar al santo y comprar sus panecillos , por eso me caía bien, y, yo, sorprendiendo al personal, muy devotamente le imploraba que intercediera para que se cruzase en mi camino ese hombre soñado, aunque debo reconocer que en cada celebración del santo iba rebajando mi ambición primigenia hasta dejar mi hombre soñado en ni alto ni bajo, ni tonto ni listo, ni rico ni pobre; con que fuera normalito me bastaba, y creo que no era tanto pedir.
En fin, San Antonio no se dio por enterado y una tarde, aprovechando que mi madre lo utiliza ofreciéndole un dinero para encontrar las cosas que pierde y ella tenía que saldar su abultada deuda con él, la acompañe a la ermita, y le dije ( al santo)  las cuatro cosas que temí no se enterase si no se las decía en directo, allí, en su morada bendita y bien resguardadito en su hornacina.
Debes saber que muy a gustito me quedé pero el ramillete de “nardos- varones” que siguieron a mi monólogo con él, unida a mis remordimientos por mi  formación judeo-cristiana, me hizo reconsiderar mi postura y en la verbena siguiente me llevé  una amiga: preciosa ella, monísima yo; las dos simpáticas y alegres  a rebosar; en edad más que casadera ambas.
Dentro de la ermita, porque yo hago las cosas frente a frente, como mejor supe y a mi forma, le pedí disculpas al santito por la bronca que tan dignamente  le había soltado tiempo atrás, pero no sin que antes escuchara mis desvaríos probatorios sobre las poderosas razones que me obligaron a tal desmán. En fin, que hice las paces con él, o al menos, eso creía yo.
Tras la ceremonia, fuera de la ermita, nos encaminamos mi amiga Lola y yo a la famosa Pila, en donde, bajo un sol de justicia, esperamos nuestro turno cargadas ambas con 13 alfileritos  y sin llevar ningún imán escondido, que eso es importante que se sepa.
Delante nuestra, una señora que debía rondar los 80 y que vestía de riguroso luto, saltaba de alegría porque tres, nada menos que tres alfileres se habían prendido en la palma de su mano, y jubilosa lo mostraba a quien quería verlo. Estábamos justo detrás, y no sólo nos enteramos sino que también fuimos testigos de su suerte. Lola y yo nos miramos atónitas, pero claro, no creíamos que para ella fueran los mozos que a nosotras nos habían de corresponder aunque sólo fuera por la diferencia de edad.  Pero, me dio un rollito extraño y levanté la mirada al cielo imaginando la carita dulce de San Antonio mientras por mis adentros le advertí de las consecuencias que se le avecinaban si a mi no se me prendían en mi linda mano al menos seis alfileres, pues la vanidad de la juventud  te hace intentar doblar los logros ajenos.
Pila de alfileres: cedí el turno a mi amiga Lola, tan necesitada ella de alegrías en ese terreno como yo , y para mi sorpresa no se le prendió ninguno. Se lo tomó a risa y nos reímos juntas. Y entonces llegó mi vez, que era mucho más que eso para mí, era mi congratulación total con el único santo que recuerdo que en mi casa se apreciaba, y el que tanto me debía, porque, al fin y al cabo, en las cosas del querer, entre el corazón de una abogada y el de una  modistilla, no hay diferencia alguna y menos para los ojos de un santo.
Respiré hondo, no miré, introduje la mano y mi grito fue tan sonoro como el pinchazo que me llevé. No sólo no se me prendió un  solo alfiler, sino que, además, resulté herida y la sangre roja, y cada vez más anticlerical, corría por la palma de mi mano, mientras, recomponiendo las formas, miré a mi amiga, y luego alcé la vista al cielo, en donde me imaginaba a San Antonio con su carita de santo satisfecho con mi suerte recibida.
Hasta aquí hemos llegado tú y yo, pensé y dije, porque lo dije en alto, y mi amiga Lola que desconocía mi trayectoria con San Antonio se moría de la risa cuando la puse al corriente de mi historia. ¡ Esto son tonterías para divertirnos, guapa, ni que necesitáramos la ayuda del santo!. Así que, ambas dos, cogiditas del brazo, nos fuimos a tomar un chocolate con churros a pesar de los más de 30 grados.
Desde entonces, no he hecho las paces con el santo, porque mira que se lo puse fácil: un hombre normal, simplemente normal, aunque pensándolo bien, eso, si se reflexiona, fácil, lo que se dice fácil, no es. ¡Pero para eso es santo.!
En fin, quiero seguir creyendo que lo que me dijo mi amiga de que no necesitábamos al santo, pero el caso es  que Lola está soltera y yo también, aunque eso sí, y que se entere San Antonio, tengo perrito que me ladre, que eres tú, y desde luego, mi tiempo no lo estoy dedicando, de momento, a vestir santos como dicen en esta tierra a las que no hemos pasado por la vicaría.
Bolita , ládrame, ládrame, ládrame porque si no, si quieres pelotita en el parque, te la tendrás que llevar y tirar tu mismo. ¡ Oye, ven, vuelve aquí, ládrame  peludo desagradecido!
Sherezade

05 junio 2011

SI YO QUISIERA



Si yo quisiera

Cegaría de colores tu locura
Y sembraría de ilusiones tu camino
Más la muerte del amor mató la duda
Al mostrarme tu condición de mezquino

Si yo quisiera

Tu apellido labraría con borrones
Y tu nombre tan glorioso escribiría
Con la tinta de la sangre de mi ira
Que tiñe  la pluma de vergüenza que no escondes

Más no quiero

Porque si tu vida está sembrada de amargura
Que te somete a la mentira y la perfidia
En la mía sólo cabe la espesura
Del amor entrelazado a la alegría

Si yo quisiera

Te regalaría el verso de la vida
Y tus noches colmaría de sabores
Dulces como la miel de las orquídeas
Ciertos, como que tras el día va la noche

Más no quiero

Besar besos que me inundan de pesares
Dar abrazos que sustraen mi energía
Oír “te quieros” disfrazados de reproches
Confundir ,de nuevo, el sufrimiento con la vida

Si yo quisiera

Bajo un palio de estrellas sentirías
El calor de tu cuerpo sacudido
Al trasvasar mi  pasión a tu sequía
Enredando mi alma a tu destino

Más no quiero
No me insistas
Tú, simbolizas muerte
Yo represento  vida

Sherezade

30 mayo 2011

NO TODO VALE





Escucha Bolita:

Te apetezca o no, te lo voy a contar porque te debo una explicación después de haberte sometido a la crueldad de tenerte agazapado a mis hombros aquel 21 de mayo en la Puerta del Sol, rodeados ambos de tantas personas con luces, con gracia, con sueños y, aunque sea difícil entenderlo, con tantas esperanzas, y que tan dignamente proclamaban su indignación entre batukas y cánticos, juegos y proclamas, todo muy respetuoso, eso sí, con la obsoleta jornada de reflexión que a la que obliga la no menos obsoleta y más injusta Ley electoral que nos la impone.

No sé si podrás perdonarme algún día la osadía de haberte arrastrado a aquél evento, en el que tú delicado corazón brincaba atemorizado por el gentío que tanto te aterroriza, pero pudo más mi emoción incontrolada ante los hechos de estar viviendo un momento histórico que me extrajo de mi letargo y pasotismo para subirme a las estrellas de la ilusión.  Y porque yo sí creo en la espontaneidad del 15M, como se ha dado en llamar el movimiento, y no quise que tú te quedaras fuera de tanta emoción desatada, y, en este caso, me olvidé de tus ochos kilos y medio y te arrastré sin miramientos a lo que fue para ti un calvario pero para mí alegría, y quise que juntos compartiésemos unas horas con tantos desconocidos amigos con quien compartir el deseo de una nueva forma de vivir la política.
 
Ya sé que a ti nada de esto te importa, ya sé que nada justifica tu taquicardia continuada porque, además, con esa cara tan guapa que tienes porque en algo te tienes que parecer a mí, tantos te confundieron con una chica y comentaban lo bonita que eres y alargaban sus manos para acariciar tu cabecita., que sé que todo eso te crispó más todavía. Sé que eso fue el colmo para ti, porque eres chico y te gusta serlo, pero tan abrazadito a mí estabas, y con esa carita de desesperación  que sólo con tus ojazos negros provocabas compasión que pasaste a ser chica durante tu estancia en la Puerta del Sol.

Pero, mira peludo, ya que compartimos vida, no podía dejarte fuera de la historia en esos momentos.  Tenías que ver las mismas pancartas que leía yo, sentir la misma emoción que me estrujaba el alma…..tenías que respirar la fuerza de la esperanza y la respiraste bien, y, como a mí, quería que la piel se te erizase y lo conseguí, lo conseguimos: sentimos la ilusión y la alegría de tantos conciudadanos hartos de desvergüenza y “el todo vale” que para sí lo querría Maquiavelo.

Lo cierto es que vivir el momento lo vivimos y con eso nos tenemos que quedar. Porque, de momento, los politicastros no se dan por enterado del mensaje que está recorriendo medio mundo. Unos han ganado y otros han perdido pero, como todo en la vida, es circunstancial; cambiarán las tornas pero no la existencia de las prebendas ganadas, porque eso es lo que se juegan en las elecciones de este país últimamente, las relaciones de poder que si en algo benefician al más débil es porque en mucho engordan los bolsillos de los más fuertes. Y quizás hasta sea consustancial con la política esta afirmación tan dura como cierta, pero, al menos, que guarden las formas y oculten sus privilegios ante tantos miles y millones de personas para los que un derecho básico como es el labrarse un futuro digno en la sociedad capitalista que habitamos, ni siquiera es ya  privilegio de sueño, porque, hasta eso, se les ha robado.

 





Lo firma una “privilegiada indignada” de este país, que apoya la revolución de los corazones y  el despertar de las mentes aletargadas por la apatía sembrada para que nada cambie. Pero han tirado tanto de la cuerda…..que se les ha roto. A ver como la reparan.


Boly, en desagravio voy a comprarte un prado gigante, todo verde y lleno de pelotitas en donde te prometo jugar contigo horas, horas y horas…. a ver si se te pasa el susto.





 Imágenes extraídas de la red


Sherezade

16 mayo 2011

PLAZA MAYOR



Mi admiración a todos los que en su negrura consiguen mantener encendida  la luz de sus sueños........

Se esconde el sol tras el manto negro de la noche para juguetear con la luna. En tanto, una mujer camina despacio bajo la luz de las farolas. La Plaza Mayor se acerca a cada paso sin destino, el mismo que le promete vergüenza y le regala la ignominia del desprecio colectivo y embarrado.

Tras sus medias de encaje barato y su rostro maquillado, el disfraz con el se viste en la noche para la caza furtiva del hombre hambriento de tanto, existe un alma atrapada por el miedo y el espanto de saber que, con disfraz, es un juguete alquilado, y sin él, es  una  niña aterrada de la vida que se arrincona en su patio, que se adorna con un poto y un geranio envejecido. Se pregunta cada día,  dónde se esconden las hadas y los ángeles guardianes que, en su infancia, le enseñaron, la cubrirían de flores y velarían sus sueños dorados.

Detiene sus pasos  para enfrentarse a un escaparate iluminado. Tras el cristal, una “novia” presumida enseña su traje blanco entreverado. Se asegura que nadie la observa, y despacio, muy despacio, se envuelve en una nube blanca de sueños nunca olvidados, y se viste con el traje, y se toca con el velo, y se perfuma con el aroma de las flores de su ramo imaginario, en tanto un hombre moreno la sostiene con su brazo y le susurra un “te quiero”, tan puro como el blanco del vestido que luce con desenfado.

La nube adquiere otras formas, sus sombras se han disipado, y camina sobre alfombras de pétalos rojo y blanco; le turban con mil piropos mientras la multitud jalea a ese hombre afortunado que, con mimo y entre caricias, roza su brazo engarzado con la cadena invisible de un amor que ha consumado.

Una voz rompe su sueño; un sin nombre disfrazado de cervatillo apestando a alcohol barato, le ofrece Malaberíes que es el precio por  el que, una vez más,  abandona el sueño y se somete a su hado.

La Plaza Mayor se aleja a cada paso. Sabe bien que  la alegría  y la esperanza residen en esa Plaza junto con las hadas y ángeles que nunca le acompañaron pero, a los que sigue invocando todas las madrugadas cuando esconde su vergüenza entre  las sábanas imaginadas de seda que besan un alma ávida de besos y caricias regaladas, para que velen su sueño en el que llega a la Plaza Mayor, vestida toda de blanco y la noche la rocía con pétalos rojo y blanco.

Sherezade  

04 mayo 2011

TETUÁN




      Suspira tu mañana regada de azaleas y azahares
    Que cubren con descaro las ventanas de tu cuerpo
Y cantas victoriosa tu alianza entre dos lares
Tetuán, serena y alegre, atesoras tus recuerdos

Destacas tu perfil entre dos mares
Atlantes se encaraman en tu tiempo
La luz mediterránea se deshace
Al ritmo de los bailes de tu cuerpo

La gente que deambulan por tus calles
Árabes, hebreos y europeos
Se unen por los brazos de una madre
Gentil, cercana e invicta del Cíclope  del miedo

Eres la tierra que mi vida iluminaste
Una mañana en los albores del invierno
Y sembraste mis entrañas con sabores
Mezcla de especias, de vida y de ensueños

 La Medina que se engarza con el cielo
Judería que acaudala exhalaciones
Entre llamadas de muecines y campaneos
Dibujas  Universo de Alegría, luz y flores

Como tu hija de alma te venero
 Como amante enamorada esparzo amores
   Que amamantan cada día mi deseo
 De abrazarme a tu belleza y tus clamores

                                                                       Sherezade

22 abril 2011

TORMENTA






Mira Boly, mira como agoniza el día vencido por las nubes negras, esas nubes poderosas que lo arrastran hacia la muerte en un calendario sin vuelta.

Escucha peludo mío, escucha los truenos que golpean de forma inmisericorde los oídos de los seres que inundamos la tierra asustados por el poderío de la naturaleza, esa misma que llamamos cuando nos interesa madre para golpearla sin pudor y con descaro cuando la prepotencia que nos arrulla desde la cuna nos hace creer que la vencemos cada día, sin comprender que es ella la que ,indiferente a nuestras frustraciones y miserias, nos permite respirar el aire que nos  mantiene vivos, nos alimenta con sus frutos, nos ilumina con su luz, nos acaricia  con su belleza.

Yo sé que tú me entiendes y también creo que eres el único ser viviente que me conoce que no me considera rara. Aunque se me ocurre que quizás sólo sea por los años de convivencia, porque te has acostumbrado a escucharme cada día, y porque como te quiero yo, no te quiere nadie. Y eso te encanta, que te quieran, que te cuiden, que te mimen y ser el centro de atención. Y mira, Bolita, eso nos gusta a todos sin excepción, aunque digamos a veces los contrario. Yo  también quiero que me cuiden, me protejan, me mimen y me reconozcan. Y eso no siempre ocurre. La verdad, últimamente, nunca, o casi nunca. Y siento el cansancio de la soledad por muy buscada que sea; esa soledad amiga que me arrastra hacía lugares recónditos de mis ser, que me muestran mi verdadera relación con los otros; esa misma que se convierte en espejo y me enseña mi cara verdadera y se ríe a carcajadas cuando descubro que detrás de mi carácter por naturaleza abierto y alegre, detrás, ahí mismito, hay una niña-mujer llena de miedos y deseosa de que una mano amiga y amante, me arrebate mi mochila y me acompañe en el camino. Quiero decir, nos acompañe en el camino, porque sin ti yo no doy un paso a ninguna parte.

Y más aún, que me enseñe ese  sendero cuyo destino desconozco;  que decida el destino por mí, que yo iré detrás cual corderita sumisa observando la belleza del campo en la primavera, las nieves de las montañas en el invierno,  sintiendo el frescor del agua helada de los riachuelos que atravesemos, oliendo el perfume de los naranjos y limoneros, oyendo el trinar de los gorriones y si llegamos al mar, me  fundiré con las olas en busca de las sirenas.  Eso deseo mi niño, sentir la mano que tira de mi cuando no quiero seguir, el beso que funda el hielo de mi corazón, su mirada en mi mirada, su sonrisa en mi sonrisa y sentir sus susurros calmando mi tormenta de silencio.  Todo  y sólo eso quiero Boly,  todo y sólo eso , con tal de que el resto del viaje carguen con la mochila  de mis recuerdos y no tenga que decidir en ninguna encrucijada más. Y a cambio de ello, le obsequiaré con mi sonrisa y con mis sueños que aún mantengo guardados en la mochila que ahora no quiero..

Más mi niño, ¿ dónde encontrar a ese amigo?

Sherezade

13 abril 2011

NOBLEZA




Para ti Loli, para ti, amiga mía 

Sembraría tu mirada de consuelo
De alegría mataría tu agonía
Con caricias teñiría tus recuerdos
Deseando que renazca tu sonrisa

Sabe el cielo que dormito en tus desvelos
Que esparzo mi ternura  con semillas
Esperanzada en que gesten en tu cuerpo
Las ilusiones que mereces en tu vida

No es el cielo más azul por ser el cielo
Ni el sol brilla por nacer cada mañana
Es la fuerza de tus ojos y tu aliento
Los que visten de luces la mirada

Recuerda los recuerdos que tejieron
Los días que pasaste ensimismada
Regalando tu cariño y tus desvelos
Como madre y mujer enamorada

Es la noche más cruel con sus silencios
Cuando alienta los temores de la nada
Más la vida te regala un firmamento
De estrellas colmadas de amor y esperanza

Limpia con tus lágrimas tu cielo
Vence  tu tristeza y tus desdichas
Con la fuerza de saber que tu pecado
Es haber derramado con descaro tu nobleza y tu alegría

Una vez más, vence a la vida, amiga

Sherezade

05 abril 2011

AMOR SECRETO



Te sueño

Revivo las caricias desatadas en mi cuerpo
Que me infieres deseoso de arrastrarme
A lo más profundo de tu seno

Te evoco

En las noches frías del invierno
Sumerjo mi agonía entre tus brazos
Y me renuevo con tus latidos inconexos

Te extraño

Ansío la primavera que me acerca a tu aposento
Donde me empaparé de tu fuerza bravía
Y me vestiré con la calma de tu sosiego

Te atrapo

Nos separan las estepas, los bosques y los oteros
Más cuando revientan las flores me llamas con picardía
Impregnando el barlovento con susurros que yo atiendo

Te encuentro

Ensimismada de vida acudo a tu llamamiento
Celosa de otras miradas y caricias que te lancen
Sólo deseo sentir como penetras mi cuerpo

 Éxtasis

Cuando me tienes me besas y percibo tu deseo
Me vistes y me desvistes con el encaje salobre
Que tejes para cubrirme de gala al fundirnos sin consuelo

 Eternidad

Me arrullas mientras me meces entre abrazos zalameros
Y me entrego sin pudor confiándote mi dicha
La que aviva mi certeza de saberte, mar, por siempre eterno

Sherezade

30 marzo 2011

EL PATITO FEO



Escúchame Boly, escúchame aunque sea por compasión porque esto que te cuento no lo quiero hablar con nadie más. Cómo entre tus miles de virtudes tienes la de saber guardar secretos, y sé que no confesaras lo inconfesable ni bajo amenaza de tortura, con el fin de desahogar mi corazón de este pesar he decidido que a ti te lo voy a contar.

Verás, hubo un tiempo algo lejano en que yo fui una niña muy alegre y soñadora  a la que alentaron con los cuentos clásicos y que lloraba sin consuelo especialmente cuando en las noches mi papá me contaba con mucha vehemencia el rechazo del patito por su madre y sus hermanos, porque era feo. Con el tiempo mi padre me confesó que si me lo contaba tantas noches era porque tras la llantina me quedaba profundamente dormida y eso, entiendo, debía ser un alivio para ellos.

Años después, cuando mis hormonas se apoderaron de mi persona y el mundo me esperaba impaciente para salvarle según me creía yo, me convertí en la rebeldía personificada que se salvó de la quema porque solía caer simpática y mi gran corazón ya lo llevaba en bandolera a merced de todo el mundo, porque, no hace mucho es cuando me he percatado de que, en mi educación católica, el décimo mandamiento lo entendí rematadamente mal, tanto que se me olvidó la segunda parte en la que se nos manda amarnos, al menos, como se supone que tenemos que amar a los demás y yo para mi desgracia sólo me quedé con la primera parte de la frase.

Pues verás, desde que me he dado cuenta de la omisión de una parte tan fundamental de ese mandamiento me ha dado por reflexionar sobre la cuestión, y, analizando mi vida es cuando he comprendido que ese error me ha provocado sufrimientos que, de haber comprendido bien lo que me quisieron enseñar y mal me enseñaron, me habría ahorrado o, al menos vivido de otra forma.

Tú sabes que una santa, lo que se dice santa, no soy, porque soy explosiva y tengo un pronto que asusta, pero también sabes, que soy mucho más santa que muchos santos canonizados. No por aquello de la caridad, no, que es un concepto muy manoseado, si no porque he creído en el ser humano con toda la pasión que arrastro en todas las facetas que vivo y mi errónea creencia de que todo el mundo es bueno lo he vivido en superlativo convirtiendo a todos mis congéneres en “buenísimos”, y esa percepción mía me llevó a interpretar de forma literal aquello de que “todos somos iguales en virtudes y defectos”, interpretación que  rematé ayudando a que  el lío anidase en mi cabeza cuando estudiaba Filosofía del Derecho, que tampoco la debí entender muy bien aunque no importa que ahora lo confiese porque al fin y al cabo hace mil años que aprobé la asignatura. 

 Lo que sí se me quedó muy bien grabado fue aquello de “no hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti” y claro, entendí, que esa frasecita que me surge siempre en mis relaciones con cualquier otro mortal, se la habían enseñado también a los demás, y, para más ingenuidad si cabe, que los demás se la habían aprendido.  

Como capto Bola que te empiezas a impacientar y eso significa que te aburres, te voy a confesar a lo que mis arduas reflexiones sobre el porqué de tantos desengaños que he sufrido en mi vida.  Es tan simple, que creo que debo estar equivocada, pero, de momento, es lo único que me proporciona una explicación razonable: verás,  pues por más que yo me empeñe y la filosofía de pacotilla considerada políticamente correcta nos infunde, ni de lejos, los humanos somos todos iguales, y aclaro que  no me refiero a derechos y obligaciones aunque esta última expresión se suele obviar porque no debe quedar bien, sino que me refiero a los valores engarzados en cada uno de nosotros, aquellos que nos mueven cuando nos relacionamos, los que nos hacen cuidar el trato íntimo, no sólo formal, con los demás, los que nos impulsan a sonreír al desconocido, tender la mano en ayuda, acariciar el corazón ajeno que sufre, compartir las risas y la alegría por el ser y por estar en el mismo momento y en el mismo lugar. Todo eso que de forma tan simple se traduce en el “ no hagas al otro lo que no quieres que a ti te hagan” y yo enmiendo gritando al mundo” hagamos a los demás lo que quisiéramos que a nosotros nos hiciesen”.

Pues mira peludo mío, algo tan simple y aún más fácil de hacer he comprendido que no se enseña, y lo que es peor no se sabe, y si se sabe, no se practica, por eso quizás, mi mundo de relaciones lo estoy reduciendo y a la vez enriqueciendo con mi relación conmigo misma, contigo y tus congéneres, y con lo que, por fin he aprendido aunque algo tarde, aquello de que antes que a los demás tengo que quererme a mí, y anteponer mis necesidades a las de los otros, se trate de quien se trate y, lo más triste de todo este aprendizaje, es que ni todo el mundo es bueno ni todos somos iguales. Una simple visión del mundo en que me muevo me lo corrobora cada día.

Pero claro, Bolita, mis reflexiones continúan y me pregunto: ¿ Debo olvidar aquello de no hacer a los otros lo que no quiero que  me hagan a mí?.

Seguiremos reflexionando juntos cuando te despiertes, peludo desagradecido.



Sherezade

21 marzo 2011

VICTORIA



Amanece mi mirada a un mundo de acordes vivos
Sinfonía que aturde mi corazón palpitante
Cantan las rosas mientras los jilgueros duermen
Luce la vida irradiando mi destino

Estaca de roble que marcaste mi camino
Sembrado de zarzas con espinas refulgentes
Hoy ardes en la hoguera avivada por mi mente
Y sentencio con tu suerte el final de mi martirio

Aunque zozobrase mi vida mientras revivo mis ensueños
y las estrellas cegasen los girasoles nacientes
o el mar secase mi cuerpo y el desierto lo anegase
Tú ya serás para siempre ceniza de roble yerto

La marea de la vida cabriolea los deseos
El sol de la madrugada improvisa misereres
Y entusiasmada recibo el abrazo de la brisa alegre
Que deshiela mi sangre y la engalana de consuelo

Estaca de roble envenenada de martirio
No verás más las estrellas ni los amaneceres
Tus cenizas entierro en la tierra que mereces
Y con tu muerte florece la alegría que a mi tormento ha vencido

Sherezade