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29 mayo 2010

LUNA LLENA






Mira Bolita, esta noche hay luna llena, pero llena de verdad. Redonda y dorada, enorme. Se está acercando para coquetear con nosotros, para que no olvidemos su belleza. Cada veinte días, más o menos, se cubre con fina seda y se perfuma según le dé, que en este caso es de olor a jazmines frescos. Se asoma cuando cae la tarde y sale victoriosa y sin pudor cuando el Sol descansa. Es su amante, y el astro rey es celoso, no quiere que su enamorada enamore, por eso ella aprovecha la noche, cuando el planeta dormita, para derramar su encanto de luz sobre los corazones enamorados. Los correspondidos aprovechan su manto tenue para robarse besos que serán eternos, porque siempre serán recordados aunque el amor se marchite. Porque ¿ quién es capaz de olvidar un beso  bendecido en noche de luna llena.?  ¿ Quién? , Dime ¿ quién?.  Y otros, los portadores de corazones rotos y desolados por el desamor que, en las noches en que la luna se viste de gala , le imploran que interceda con Cupido para que deshaga el camino del dolor y el amante perdido recobre la razón, y de paso el corazón, y regresen  a los brazos del desolado amante, regreso que constituye el único bálsamo, además de el del cruel tiempo, que puede cauterizar la herida.  Los demás, los que no perciben que la luna se pasea ni se embriagan con su esencia, dormitan, pero, a ver como te lo explico, no es que solamente  duerman porque es de noche,  es que también dormitan de día. Y que triste me parece, porque  un corazón que sólo  late, no es un corazón con vida, con esa que a nosotros nos gusta, las que nos da tanto y la que tanto nos quita. 

¿ Te acuerdas mi niño?  Mi gran dolor se fraguó en noche de luna llena, que iba vestida de abrigo y perfumada de escarcha, y aún así hizo arder mi corazón despertado por ese mi gran querer, que arropado por la luna, me declaraba su amor y me regalaba un beso y yo le correspondí con otro, con un sí, con un te quiero, y me señaló la luna, dorada y redonda como está ahora, más tapada por el frío, pero coqueta y lustrosa, y yo me pregunto a menudo, en noches de luna llena, si ella que bendijo mi locura, sabía qué en esa noche mi camino estaba errado o ignoraba el sufrimiento que me trajo aquella noche que, vestida con su  abrigo y perfumada de escarcha, me hizo creer que el frío era calor porque se derritió mi alma al compás de aquellos besos que con el tiempo resultaron  ser malditos y mataron mi esperanza.

Pero ¿ Sabes Bolita?  En noches como la de hoy, donde la luna es la estrella, me siento viva, mucho, tanto al  recordar  la alegría de  aquel beso , como el dolor por saber que también fue el comienzo de esa herida aún no curada,  y de tener que elegir, elijo sentir dolor o alegría, antes que dormitar como tantos, sin escuchar los latidos de la luna enamorada que a escondidas de su amante, se pasea por el cielo engalanada de estrellas, presumida porque  sabe que está alumbrando vida, recuerdos y siempre esperanza.

Y ahora que he recordado, deseo achucharte mucho, y pedirte que esta noche no te alejes de mis sueños y como todas, llenes mi soledad y te prometo, a cambio, mañana muy tempranito, cuando el sol se desperece, llevarte a jugar al parque con tu pelota naranja.

Sherezade

18 mayo 2010

BOLY & TROYLO





No te preocupes, Troylo: si nada dura —ni el amor—, tampoco la muerte durará. ( Antonio Gala)

¿Sabes cielo? Esto que yo hago contigo no es muy original, no. Mi admirado Antonio Gala inmortalizó a su Troylo charlando con él de cualquier cosa que se le ocurría, y de eso hace muchos años ya. Pero yo no pretendo ser original. La verdad, no pretendo nada, simplemente hablarte como lo hago todos lo días, todas las noches desde que estás conmigo, que ya va para siete años. El contarte mis andanzas, mis sueños, mis decepciones, mis alegrías, mis miedos se ha convertido en mi refugio más íntimo. Tú eres mi confidente más cabal! Por algo eres el único ser al que consiento suba a mi cama y vele mis sueños. ¡Eres tan perfecto Boly! Me escuchas sin interrumpirme, mirándome fijamente, sin parpadear, y eso que yo sé que tu preferirías jugar con la pelota, pero yo me agarro al teclado y tú no te enfadas. Al contrario, te haces un ovillo y aceptando que no es hora de juego, te quedas a mi lado, quieto, calladito, como si no estuvieras, pero colmando de compañía mi intrínseca soledad. No me juzgas, Boly, y que apaciguador es saberse no juzgado. Aceptada por ti, tal cual soy, sin importarte nada más. Sin segundas intenciones, bueno, sí, jugar con tu pelota lo pretendes casi siempre aunque me pongas ojitos de darte igual. Simplemente me quieres, y sabes que yo te quiero; y me necesitas como yo te necesito a ti. Y aquí estamos los dos, juntos, cómplices y tranquilos, sin desear mucho más. Y con tu permiso, porque al fin y al cabo son diálogos de los dos, lo lanzo a la red para compartirlo con quien quiera entrar al Blog, y no me preguntes que es que eso que ya te lo contaré otro día.

Como tu no existías por aquél entonces te cuento algo de Troylo: era el perrito de Antonio Gala, ese escritor que me encanta porque sabe lo que es el corazón; ese señor del bastón que te suena porque no me pierdo una entrevista suya en la tele aunque tú te aburras soberanamente mientras lo escucho ensimismada. Pues verás: Gala charlaba con Troylo y lo compartía con quien quisiera leerlo los domingos en un periódico de este país, que se sigue llamando El País. Para que te sitúes te diré que charlaba de casi todo con Troylo. Era otra época, cuando las cosas en España no estaban nada bien pero, al menos, existía una complicidad y esperanza colectiva de un futuro bueno para todos. Ahora no. Ahora, colectivo, colectivo…pues un partido de fútbol se me ocurre, poca cosa, porque los que son los sueños y esperanzas de entonces se quedaron en el camino de la codicia y prepotencia de los que gestionan los intereses comunes, vamos, los que gestionan realmente nuestras vidas aunque no nos demos cuenta y de los gestionados que también. Perdón, perdón, que me voy de tema. Pues retomo: para muchos Troylo se convirtió en nuestro perro, el de muchísimos españoles, pero no te imaginas cuantos. Y eso, Boly, siempre se lo agradeceré a Gala. Que compartiera tanto con tantos, y, sobretodo, a Troylo, quien cansado de tanta vida decidió irse a descansar bajo el olivo del mismo prado por el que corría. ¿Te acuerdas mi cielo cuantas veces después de confesarte que necesito derramar lágrimas porque me ahogaba de tanto dolor iba corriendo a por un libro y me oías llorar? Pues, el libro es “Charlas con Troylo” y su “Adiós”, homenaje de su dueño y de muchos lectores que sintieron su ausencia, es la única llave que logra que dos torrentes de emociones mojadas recorran mi cara arrastrando la locura de mi Alma. ¿Qué que es el Alma? ¡Venga, mi niño!, Tráeme tu pelota naranja que otro día hablaremos de eso, porque ahora, me parece escuchar como se acercan cataratas de agua.

ADIOS

Esta noche también he soñado contigo.

Corrías sobre el césped del jardín, vivo y dichoso, abanderando el rabo. Corrías hacia mí, me reclamabas. Tu ladrido pequeño henchía la mañana.

He alargado la mano, todavía dormido, buscando por la cama a tientas tu cabeza. Sin encontrarte, Troylo.

He encendido la luz. No estabas, Troylo.

No volverás a estar...

Dicen que no se pierde sino lo que nunca se tuvo. Es mentira.

Yo te tuve: te tuve y no te tengo.

Al pie del olivo que juntos estrenamos, una calva en el césped indica dónde estás.

El césped que plantamos hace nada para que tú corrieras, divertido, sobre él; para que tú, al venir la primavera y su templado soplo, te revolcaras jugando sobre él.

Tú no tendrás más primaveras, Troylo.

Ahora eres tú quien abona ese césped. En esto acaba todo.

¿Quién puede hacerse cargo de tal contradicción?

¿Pueden morir del todo alguna vez unos ojos que se han mirado tanto, se han entendido tanto, se han consolado tanto?

Quizá tú ahora habitas con quien más has querido.

Quizá tú ahora eres —si es que eres— más feliz que conmigo.

Quizá tú trotas, moviendo la menuda grupa, por los verdes campos del Edén. Pero durante once años y medio anduviste enredado a mis piernas;

Arrebujaste tu lealtad a mi vera;

Me seguiste a dos pasos por este mundo que, sin ti, no es el mismo. Continuarán los pájaros y los amaneceres, el chorro de la fuente ascenderá en el aire, como la vida, sólo para caer.

Pero no estarás tú, Troylo, compañero irrepetible mío.

Nunca más, nunca más.

Ya no habrá que sacarte a la calle tres veces cada día,

ni tampoco habrá que sacarte las muelas de noviembre,

ni acercarás resoplando el hocico a los respiraderos de los coches,

Ni te asomaras encantado por las ventanillas,

Ni me recibirás —enloquecido el rabo, ladrando y manoteando— a la puerta de la casa.

Ya no habrá que secarte cuando llueva,

Ni cepillarte por la mañana al salir de la ducha,

Ni reñirte porque pides comida: ya no sabré qué hacer con el trocito último del filete...

Nunca más.

Y no me hago a la idea.

¿Qué es lo que has hecho, Troylo?

Quiero dormir para soñar contigo,

Para jugar contigo y regañarte, para no comprobar que te he perdido.

Con la garganta apretada he mandado hoy retirar tus breves propiedades:

tu toalla, tu manta, tu cepillo, tu peine y tus correas...

Las he mandado retirar, pero no lejos.

Porque a lo mejor una mañana te veo regresar, alegre y frágil, cariñoso y sonoro.

(Acaso esta pesadilla es una broma tuya, y se abrirá una puerta y tú aparecerás. De mis oídos no se quita el ritmo de tus pasos, ni la impaciencia de tu cascabel.)

O a lo mejor soy yo el que se acerca una mañana a ti —quién sabe— y te silbo y te llamo y tú levantas la cabeza con el gesto de siempre.

No te preocupes, Troylo: si nada dura —ni el amor—, tampoco la muerte durará.

En donde sea, estaremos todos juntos de nuevo, riendo y bromeando.

Si no, no habría derecho.

Mientras entró y salió la gente de mi vida —de nuestra vida—,

Tú permaneciste a mi lado, imperturbable, fiel, idéntico, amoroso.

Juntos pasamos por la compañía y por la soledad.

Llegaste, Troylo, a ser yo mismo de otro modo.

El infortunio o el gozo, siempre los compartimos.

Quien a mí me dejó, te dejó a ti, y te quería quien a mí me quiso.

Me hablaba yo, y era a ti a quien hablaba.

La muerte se ha interpuesto en la conversación una vez más, la muerte.

Ahora sí que envejezco, ahora si que estoy solo.

Es la primera vez que te has portado mal conmigo.

Desde la ventana veré y el olivo y a ti al pie del olivo.

Troylo, amigo mío, interminablemente bajo el césped.

La muerte ha interrumpido nuestras charlas.

Descansa en paz,

Nadie jamás podrá sustituirte.

Hasta luego.

Hasta después




Charlas con Troylo
Antonio Gala


20 abril 2010

SIN VELOS




La aurora aún no se ha levantado. Se acurruca perezosa arropada por estrellas de colores cuyas luces se disuelven en la entrada de su noche.

Mientras yo, insomne, maquino una vida nueva sin tu nombre.

Imagino los sonidos de la vida sin tormento y reflejo en el espejo muecas de expectantes sonrisas. Aún tímidas, pero existentes. Mi presente se adueña de mi pasado y lo demuele sin compasión. Abandera el triunfo conseguido sobre estos dos años de horror, siniestros y oscuros, en los que erré en todo como la paloma del poema. Erré por creer en palabras sin prestar atención a los hechos; erré por confiar en tu alma cuando has demostrado no poseerla; erré por creer tus mentiras cuando las justificabas desde tu mente repleta de maldad. Erré al entregarte el amor que reclamas como un niño, pero al igual que un chiquillo, cuando lo obtuviste, jugaste hasta cansarte, arrinconándolo con el resto de amores juguetes hasta que te encaprichabas de él nuevamente y lo sacabas del armario de tus antojos, dándole caricias y mimos hasta el hastío, que era pronto más bien, pero, con esas caricias y mimos de niño malcriado, alimentabas mis sueños, mi amor, mi deseo, mi pasión……..y sin que pudiera entender como, de nuevo, lo lanzabas al baúl de tus juguetes, eso sí, habiéndote asegurado de que mi corazón, aunque maltrecho de tanto daño, aún latía, tímidamente, pero latía, aunque sólo fuera por la ilusión de que, en otro momento, desearas saber de él.

Y hoy te digo que sigue latiendo.

Eso sí, lejos de tu cajón de juguetes intangibles lleno de corazones muertos, y lamentos de los que permanecen vivos. Lejos de tus manos destructoras y más lejos aún, de tu enfermiza mente que sueña con el afecto sabedor de tu impotencia para disfrutarlo. No puedes hacerlo, en ningún sentido, y quizás por eso te vengas en mujeres vulnerables que te aseguran el triunfo de conquistar su cariño desconociendo el alto precio, de dolor y enfermedad, que tú impones a cambio de mentiras de Amor, precisamente tú, que envuelto en el áurea del juramento hipocrático mercadeas con la confianza que se deposita en ti.

Y quizás, entre estas letras alguien crea adivinar despecho pero ambos sabemos que no es así. El despecho se nutre de la esperanza por recuperar  lo perdido. Y me libre Dios de tal desgracia ahora que te he lanzado al camino de mi olvido.

Y hoy te digo, que mi corazón late fuerte, cada vez más. Porque el tiempo y la distancia sitúa las cosas en su sitio. Y donde había tinieblas ahora existen luces blancas, de amor, de vida, de esperanza.

Erré y mucho. Pero, tanto errar tiene sentido cuando el maltrato es la norma y la excepción el respiro.

¡Te he vencido mi señor! Refúgiate en tu castillo de mentiras y tormentos, que en mi palacio comienza la fiesta de mi Vida, a la que no estás invitado.


Sherezade

10 abril 2010

Sentimiento



Si tu pudieras, si lograras algún día sentir con la intensidad que  yo siento, entonces podrás comprenderme. Pero no puedes, lo sé. Como también sé que no está en tu mano el que seas más sensible. Y que una mayor intensidad de sentimiento no me hace ser mejor que tú, simplemente me hace  vivir de otra manera. Donde tu ves un amanecer yo vislumbro una nueva vida; cuando me besas rozas mis labios sin que alcances a acariciar mi alma que deposito en esos besos; y, sin que pueda evitarlo,  me siento herida porque eres incapaz de apreciar ese regalo que te estoy ofreciendo, porque es el obsequio más sublime que puedo brindarte, lo más íntimo, mi  esencia, yo misma. Y por eso, tus besos me entristecen porque sólo alimentan el deseo de mi cuerpo, sin penetrar en lo más profundo de mi ser, y vivo el tormento de mi alma insatisfecha y dolida, y la creciente impotencia de comprobar como,  entre tu y yo , la distancia se agranda con cada beso, y por eso ya no quiero que me beses, ni besarte; porque nuestra manera de sentir y vivir nuestro  amor es muy distinta. O quizás sea que yo te quiero más a ti que tú  a mí, mientras me empeño en disfrazar esta triste  realidad con nuestra diferente  intensidad en el sentir. O quizás seas incapaz de sentir como yo siento. Y si así es, no es posible que  puedas comprender como  te quiero ni el porqué me duele cada uno de tus besos.

Sherezade

19 marzo 2010

Sendero del Amor



Escucha atento
!Tañen campanas de Gloria!
¿Será porque las mueve el viento?
¿Quizás  la lluvia?
¿O la Fragancia de las flores?
¿O sabrán cuanto te quiero?
Porque es tanto el amor que por ti siento
Tanto
Que su fuerza se propaga por todo el universo
Removiendo mares y montañas
Pregonando al mundo entero
Las caricias que mi alma
Te regalan en silencio
Los besos azucarados
Los abrazos zalameros
Hasta robar tu sonrisa
Enredada con tus besos
Nacidos de la evidencia
De saber cuanto te quiero

Escucha,
Escucha atento
Tañen campanas de Gloria
Que anuncian al mundo entero
Que la vida es simple entrega
de amor, ternura y consuelo
Ay,
Y cuando ese Amor se desvela
Quien lo da, está en el Cielo
Quien lo recibe atesora
La esencia del nácar fresco
De los  ángeles que invoca
Tanto despliegue de besos
Tanta alegría sin pena
Tanta comprensión y anhelo
Y si el tesoro se aprecia
La ambición de no perderlo
Se convierte en la grandeza
De respetarlo y quererlo
Besando cada caricia
Acariciando el secreto
De los secretos creados
Por los amantes sinceros
Que son guardados con llave
En una estrella del Cielo
Que luego,
Se convierte  en fuego
Para  surtir de pasión
De ternura, de desvelos
De alegrías, de esperanzas
De fortaleza, de esmero
El caminar de ese Amor
Que cuando se apegue al suelo
Necesitará de tanta fuerza
Para seguir su sendero
Sorteando el egoísmo
Superando los momentos
De cansancio , de silencios
Que ese camino trampea
Cuando la pasión ya no es fuego
Siendo  Amor el camino andado
Entrelazados los dedos
Que son destino de ambos
Que lo unieron en el lecho
De la vida porque amaron
Y aún se siguen queriendo
Aunque el tiempo haya sosegado
La vehemencia del comienzo
Y en el caminar han sembrado
Tantas flores, tantos llantos
Que un palio de letanías
Cubre los cuerpos ajados
Pero vivos por la vida
Con que ese Amor los ha besado.

Escucha atento
Tañen campanas de Gloria
¿Será porque las mueve el viento?
¿Quizás  la lluvia?
¿Ó el aroma de las flores?
¿Ó sabrán cuanto te quiero?
Porque es tanto el amor que por ti siento
Tanto,
Que en mil vidas que tuviera
Seguiré ansiando tu cuerpo
Tus caricias, tus abrazos
Tu vejez, tu desaliento.

Sherezade


14 marzo 2010

Soñándote





Anoche sentí tus brazos
 que rodeaban mi cuerpo
Con  tus labios cortejabas 
el revuelto de mi pelo
Y recorrieron  mi cuello
 hasta alcanzar  mi boca
Sellándola 
con un torrente de besos
Dulces como la miel,
Ardientes por el deseo
Y vencida por tus manos
Te abrí mi alma y mi cuerpo
Para que entraras en ellos
Empapando con tu esencia
Cada poro de mi cuerpo.
En réplica a tu llamada
De amarnos sobre aquel lecho
Cuyo suelo es la existencia
 y su dosel son los sueños
Que tejemos cada  noche
 bajo las luces del Cielo


Anoche sentí la vida
 envolverme con esmero
Rasgando la algarabía 
de esperanzas en lo incierto
Vi las luces de colores
 que engalanaban tu cuerpo
Que recorrí palmo a palmo 
besándolo sin desvelo
Agradeciendo  el tesoro 
de gozarte entre mis pechos
Ensalzando la grandeza 
de conquistar tus deseos
Con los mimos de quien ama 
esperando poseerlos
Para una vez cimentados 
ofrecértelos envueltos
Entre nubes de caricias, 
abrazos y besuqueos
Con los que grabe en tu alma,
 en tus labios, y en tu cuerpo
El ardor de mi deseo 
de conducirte hasta el Cielo
En donde por cada estrella,
 me prometas darme un beso
Con  cada beso un abrazo 
donde se fundan los cuerpos
Amándonos sobre aquel lecho
Cuyo suelo es la existencia
 y el dosel el mismo Cielo
Donde ha nacido una estrella 
hija  de nuestros encuentros
Que son tu alma y la mía
 fundidas por el afecto
Tejido con nuestros sueños
Que brotaron del Amor
Que construyó nuestro lecho.

Sherezade

07 marzo 2010

¿ Dónde estás?



Amigo dime
¿ Dónde estás?
¿Oculto tras el árbol seco de la soledad?
¿O quizás, bajo los tejos de mi huerto inexistente?

Dime Amigo
¿ Dónde estás?
¿Porque encubres tu verdad si es la tuya?
¿ Te aterra mi muralla de torpeza
Capaz de pregonar tus vergüenzas?
Son tuyas, defiéndelas de mi mentira si no es cierta
De las injurias de mi despecho malherido
Arrastra tu dignidad hasta la cima
Aún cargado con la cruz de tus quimeras
Son tuyas ambas
Tu  dignidad,  aún sin nobleza,
Tus mentiras, son la pobreza
De un corazón vencido
Alimentado de sueños
Que siempre fueron olvido
Porque luchar por un sueño
Requiere más que el deseo
De ser el gran mercader
En tu rastrillo de sueños
Bazar de tus espejismos.
Requiere la valentía
De soñar con esos sueños
El arrojo de seguirlos
Hasta el fin del infinito
Aún sabiendo que entre ellos
El más bello se ha extinguido
Gozando de la belleza
De  recorrer el camino
No como tú, Amigo
que eres china de alfeñique
Cuya suerte es el destino
De los pies que la golpean
Mientras se anda el camino.

Amigo dime
¿ Dónde estás?
¿Oculto tras el árbol seco de la soledad?
¿O quizás, bajo el sauce de mi huerto inexistente?


 Sherezade

03 marzo 2010

El Poder de la Mentira






En la calidez de la noche, cuando las luces se apagan y el silencio se impone, me surge compartir con vosotros esta historia de pura vida.

Candela es mi amiga, una amiga muy especial.  

Es una mujer de edad mediana, trabajadora incansable en el mundo de las leyes, luchadora innata aunque no ha tenido más opción, impulsiva, alocada, con un corazón enorme que no sabe cuidar, al que regalan golpes continuamente.....pero no sabe como cerrarlo, eso dice y creo que es verdad.

Además, Candela, es tremendamente atractiva y seductora con su mirada, sus gestos, el sonido de su voz aunque ella no es consciente de ello y ni quiere serlo.

Desde hace dos años ha estado muy enferma, mucho. Con una enfermedad maligna, de las peores, de las que carcome lo más profundo y te arranca la vida de cuajo, sin miramientos, sin respetar lo sueños, las ilusiones y la alegría.

Hace un tiempo se enamoró perdidamente y lo entregó todo, absolutamente todo, depositando su cuerpo y alma en otra persona que entre sus brazos la arrastró en un baile de vida y sueños  hasta el Cielo. Y cuando tan arriba estaba, esa persona la dejó caer sin sujetarla y sin que su comportamiento tuviera sentido alguno.

Pero Candela, por la fuerza de la caída, no llegó a la tierra, no; se fue directamente al infierno y durante mucho tiempo, aunque sus amigos intentamos que regresara con nosotros, no podía salir. Decidió fundirse con las llamas del dolor, intentando entender  la mentira de la que fue objeto, negando su realidad, analizando cada palabra o gesto suyo que la acusara de lo ocurrido. Se culpabilizó, no se consideró suficientemente guapa, ni valiosa, ni inteligente......! Algo tenía que ser! El hombre más maravilloso que se había cruzado en su Vida, y mira que se habían cruzado unos cuantos, el más noble, no era el culpable de la caída, no podía serlo; la causa de tal descalabro tenía que ser ella necesariamente,  porque él !era tan especial...!

Y sí que debía serlo. No hace mucho comprendí porqué mi impresionante amiga Candela, ha preferido vivir más de dos años en el Infierno, sin regresar a la Tierra. Su amado se llama Lucifer, que adoptando una de sus múltiples formas, se disfrazó de hombre santo, inteligente, tierno, sensible, comprensivo, cariñoso y amante sin igual, y  desplegó su satánica seducción hasta que robó el Alma de mi amiga Candela,  manteniéndola en  el llamado Harén del Dolor que, al parecer,  tiene creado en su incendiara morada.

Meticulosamente calculaba sus  visitas al harén para mantenerla con las mismas promesas y sueños del amor más sublime...ese, el  que enamoró a Candela. Y allí habitó mi amiga, inmersa en una alegría y esperanza tan falsas como las monedas de Judas. No podíamos entenderla porque no le conocíamos a él, nos decía a cada uno de sus amigos que intentamos hacerla regresar a la realidad. 
Lo cierto es que Candela no sólo no escuchaba sino que no quería escuchar. Entiendo que mostrarle su realidad conllevan palabras muy dolorosas para un Alma abducida por la mentira.

El santo hombre satánico que enamoró a Candela se descuidó en una de sus visitas. Y Candela al impacientarse preguntó por él. Era la primera vez, porque en su creencia de vivir en el Cielo y no en el Infierno, no se había dado cuenta de que estaba en un harén, con otras mujeres en su misma situación, esperando su turno de ser recompensada con las migajas que las alimentara el tiempo suficiente hasta escuchar de nuevo  promesas de amor eterno. 

De esa forma, mi amiga Candela, tuvo que afrontar de golpe su realidad.. No era ella la elegida, era simplemente una más de las enamoradas de un hombre que las sedujo con la mentira.  De pronto, sus ojos se abrieron y su mirada comenzó a ver: abrió sus oídos y comenzó a escuchar; olfateó la mentira y decidió escapar. Esto resultó más complicado porque su amado la había atado con cadenas invisibles de justificaciones, como no,  llenas de mentiras.  Y, Candela, ajada y maltrecha, le hizo frente a su realidad. Decidió salir del harén del Dolor, y comenzó sus pasos de regreso a la Tierra. Triste y malherida, pero más libre de su dolor cada día que pasa. Y con cada día, nuevos pasos, y con cada paso,  más distancia y lejanía de tanta mentira. 

Yo que conozco bien a Candela, sé que tendrá que pasar tiempo hasta que recupere el brillo de su mirada y su natural sonrisa, y también, para que vuelva a sentir ilusión y se abandone a sus sueños, pero, estoy contenta, mucho, porque mi amiga se está curando de su enfermedad y ha vuelto a la vida. 

Pero se me atenaza el alma cuando compruebo que la Mentira, con su inconmensurable poder maligno,  es un arma  que está al  alcance de cualquiera...

Sherezade