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27 enero 2012

ADIÓS CIGARRO, ADIÓS


Después de tantos años, he decidido abandonarte para siempre, encerrarte en el baúl de mis recuerdos con el firme propósito de sobreponerme a toda evocación de nuestros buenos y malos momentos que hemos compartido cuando el cuerpo y la mente me quieran tiranizar para que recuerde todo el placer que me has proporcionado.

Ahora me doy cuenta de lo muchísimo que he creído necesitarte; ahora compruebo que el fervor que me has generado es por tu condición intrínseca de droga dura y perversa que ha anulado mi voluntad para posponer el adiós que ahora te regalo.

Sé con certeza que me perseguirás durante mucho tiempo pero es una decisión razonada y sentida, tomada con alevosía porque hasta el día ha sido elegido para desterrarte de mi vida, para soltarme y alejarme de tus garras encubiertas, de tus caricias engañosas, de un  placer imaginado, de tu compañía y tu consuelo perenne y que yo creía sería por mi parte perpetuo.

La verdad, nunca creí que pudiera abandonarte; me has gustado y te he deseado como a nada. Y sé de antemano que te añoraré siempre, que tendré que fortalecer mi voluntad para no escuchar tu llamada que será continúa buscando mis momentos más vulnerables para insistirme en que volvamos a estar juntos. Eso lo sé, tanto como mi convencimiento de tu fidelidad hacía mí y que estarás esperándome por siempre por si cambio de opinión. 

Mi decisión está tomada, y mi voluntad  se va a imponer a mis deseos. Y así va a ser porque al  expresarte este adiós veo como se abre el camino de mi fuerza, de mi canto por la vida y la recuperación total de mi libertad. Porque esto último es lo que más me ha motivado: saberme presa de ti, escudándome en tus maravillas y cerrando los ojos a la verdad de tu esencia, cuando la única que puede romper las cadenas que me mantienen esclavizada a ti, soy yo.

En todo caso no me parece justo echarte todas las culpas de nuestra ruptura, porque al fin y al cabo, has sido mi compañero fiel durante muchísimos años. Y quiero que sepas que este final no se debe a las presiones externas, sino a mi rebeldía ante tanta hipocresía que se genera en torno a ti.  Dejar de disfrutarte implica también el no seguir el juego de avaricias, engaños y mentiras que, en torno a ti, se ha creado. No eres bueno, no, pero hay muchas cosas igual o más  perniciosas que tú, que alimentan mi vida y, sin embargo, se fomenta su presencia.

Te he adorado, sí; te he deseado, sí, y lo que es más grave, te he necesitado. Y seguro que te seguiré deseando y recordando el resto de mis días, pero lo que es quererte y necesitarte, desde ahora, te digo, que no será así.

Por experiencia soy de las que creen que se puede morir por amor, pero, morir por un querencia malsana, es una estupidez que no me podría perdonar jamás.

¡Vade retro cigarrillo!, y no pierdas el tiempo en intentarme recuperar.




Sherezade

08 enero 2012

SINFONIA DE LA VIDA




¡Mira peludo! Observa como sale el sol cada mañana y el viento aún mece las hojas secas de las ramas de los árboles. Ahora, al albor de un nuevo día, cuando las estrellas bostezan y delicadamente se apagan, tú y yo, nosotros, solitarios, disfrutamos del silencio que aún no ha roto la algarabía de la vida cotidiana.

¡Escucha Bolita! Este silencio es una sinfonía de esperanza: los árboles permanecen en su sitio ajenos a tanta desesperanza, los pájaros comienzan su vuelo, y esa bola naranja tan preciosa, es el sol que regresa de su sueño y nos acaricia el alma si es que así lo queremos.

Aún podemos pisar las hojas secas, y su crujido me conduce al recuerdo de su verde intenso del verano en el que nos dio vida, frescor y aliento. Por ese recuerdo me brota un agradecimiento eterno a todas las hojas secas, que, hoy muertas, ayer fueron símbolo de vida y bálsamo para el calor del estío de esta ciudad nuestra.

Se me ocurre Boly que no podemos dejarnos quitar lo que nunca fue nuestro; la maravilla de los amaneceres, y la belleza de la noche cuando viene a nuestro encuentro. Es un regalo que se nos hace cada día y que no valoramos al enredarnos en los hilos que manejan nuestras vidas sin percatarnos de que con ellos tejemos la soga que, más pronto que tarde, matará nuestra alforja de esperanzas y sueños.  No se nos olvide que lo valioso, si nos fijamos, siempre lo tenemos a nuestro alcance sin tener que pagar por ello.

Y no, peludo, no; nosotros no vamos a caer en el desánimo; vamos a hacernos un juramento: mientras tengamos vida, y hasta nuestro último aliento, no consentiremos que nada ni nadie nos despoje de la alegría de saber, que entre tanto desconcierto, lo realmente valioso no es objeto de mercadeo ni puede ser dominado en beneficio de unos y detrimento del resto.

Mira ese sol peludo, escucha el sonido del viento, respira este aire puro descontaminado de miedos que susurra al corazón su melodía de vida mientras deshace deprisa la soga que asfixiaba nuestros sueños.

¡Oye, Bolita….no olvidemos jamás nuestro juramento!


Sherezade