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22 abril 2011

TORMENTA






Mira Boly, mira como agoniza el día vencido por las nubes negras, esas nubes poderosas que lo arrastran hacia la muerte en un calendario sin vuelta.

Escucha peludo mío, escucha los truenos que golpean de forma inmisericorde los oídos de los seres que inundamos la tierra asustados por el poderío de la naturaleza, esa misma que llamamos cuando nos interesa madre para golpearla sin pudor y con descaro cuando la prepotencia que nos arrulla desde la cuna nos hace creer que la vencemos cada día, sin comprender que es ella la que ,indiferente a nuestras frustraciones y miserias, nos permite respirar el aire que nos  mantiene vivos, nos alimenta con sus frutos, nos ilumina con su luz, nos acaricia  con su belleza.

Yo sé que tú me entiendes y también creo que eres el único ser viviente que me conoce que no me considera rara. Aunque se me ocurre que quizás sólo sea por los años de convivencia, porque te has acostumbrado a escucharme cada día, y porque como te quiero yo, no te quiere nadie. Y eso te encanta, que te quieran, que te cuiden, que te mimen y ser el centro de atención. Y mira, Bolita, eso nos gusta a todos sin excepción, aunque digamos a veces los contrario. Yo  también quiero que me cuiden, me protejan, me mimen y me reconozcan. Y eso no siempre ocurre. La verdad, últimamente, nunca, o casi nunca. Y siento el cansancio de la soledad por muy buscada que sea; esa soledad amiga que me arrastra hacía lugares recónditos de mis ser, que me muestran mi verdadera relación con los otros; esa misma que se convierte en espejo y me enseña mi cara verdadera y se ríe a carcajadas cuando descubro que detrás de mi carácter por naturaleza abierto y alegre, detrás, ahí mismito, hay una niña-mujer llena de miedos y deseosa de que una mano amiga y amante, me arrebate mi mochila y me acompañe en el camino. Quiero decir, nos acompañe en el camino, porque sin ti yo no doy un paso a ninguna parte.

Y más aún, que me enseñe ese  sendero cuyo destino desconozco;  que decida el destino por mí, que yo iré detrás cual corderita sumisa observando la belleza del campo en la primavera, las nieves de las montañas en el invierno,  sintiendo el frescor del agua helada de los riachuelos que atravesemos, oliendo el perfume de los naranjos y limoneros, oyendo el trinar de los gorriones y si llegamos al mar, me  fundiré con las olas en busca de las sirenas.  Eso deseo mi niño, sentir la mano que tira de mi cuando no quiero seguir, el beso que funda el hielo de mi corazón, su mirada en mi mirada, su sonrisa en mi sonrisa y sentir sus susurros calmando mi tormenta de silencio.  Todo  y sólo eso quiero Boly,  todo y sólo eso , con tal de que el resto del viaje carguen con la mochila  de mis recuerdos y no tenga que decidir en ninguna encrucijada más. Y a cambio de ello, le obsequiaré con mi sonrisa y con mis sueños que aún mantengo guardados en la mochila que ahora no quiero..

Más mi niño, ¿ dónde encontrar a ese amigo?

Sherezade

13 abril 2011

NOBLEZA




Para ti Loli, para ti, amiga mía 

Sembraría tu mirada de consuelo
De alegría mataría tu agonía
Con caricias teñiría tus recuerdos
Deseando que renazca tu sonrisa

Sabe el cielo que dormito en tus desvelos
Que esparzo mi ternura  con semillas
Esperanzada en que gesten en tu cuerpo
Las ilusiones que mereces en tu vida

No es el cielo más azul por ser el cielo
Ni el sol brilla por nacer cada mañana
Es la fuerza de tus ojos y tu aliento
Los que visten de luces la mirada

Recuerda los recuerdos que tejieron
Los días que pasaste ensimismada
Regalando tu cariño y tus desvelos
Como madre y mujer enamorada

Es la noche más cruel con sus silencios
Cuando alienta los temores de la nada
Más la vida te regala un firmamento
De estrellas colmadas de amor y esperanza

Limpia con tus lágrimas tu cielo
Vence  tu tristeza y tus desdichas
Con la fuerza de saber que tu pecado
Es haber derramado con descaro tu nobleza y tu alegría

Una vez más, vence a la vida, amiga

Sherezade

05 abril 2011

AMOR SECRETO



Te sueño

Revivo las caricias desatadas en mi cuerpo
Que me infieres deseoso de arrastrarme
A lo más profundo de tu seno

Te evoco

En las noches frías del invierno
Sumerjo mi agonía entre tus brazos
Y me renuevo con tus latidos inconexos

Te extraño

Ansío la primavera que me acerca a tu aposento
Donde me empaparé de tu fuerza bravía
Y me vestiré con la calma de tu sosiego

Te atrapo

Nos separan las estepas, los bosques y los oteros
Más cuando revientan las flores me llamas con picardía
Impregnando el barlovento con susurros que yo atiendo

Te encuentro

Ensimismada de vida acudo a tu llamamiento
Celosa de otras miradas y caricias que te lancen
Sólo deseo sentir como penetras mi cuerpo

 Éxtasis

Cuando me tienes me besas y percibo tu deseo
Me vistes y me desvistes con el encaje salobre
Que tejes para cubrirme de gala al fundirnos sin consuelo

 Eternidad

Me arrullas mientras me meces entre abrazos zalameros
Y me entrego sin pudor confiándote mi dicha
La que aviva mi certeza de saberte, mar, por siempre eterno

Sherezade